Pekín busca equilibrar la innovación con el control estatal a través de un nuevo marco regulador para el desarrollo de IA.
China ha dado a conocer su nuevo modelo de inteligencia artificial, diseñado con el objetivo de impulsar la innovación tecnológica mientras se mantiene bajo el estricto control del gobierno. La Administración del Ciberespacio de China (CAC) ha delineado un conjunto de regulaciones que establecen cómo las empresas tecnológicas pueden desarrollar y desplegar modelos de IA dentro del país.
Este marco regulatorio busca garantizar que la IA generada en China se alinee con los valores nacionales y no represente riesgos para la estabilidad política. Entre las medidas impuestas, se incluyen restricciones en el acceso a datos para el entrenamiento de IA y mecanismos para supervisar el uso de la tecnología en aplicaciones comerciales y gubernamentales.
El modelo chino se presenta como una alternativa a las estrategias regulatorias adoptadas por la Unión Europea y Estados Unidos. Mientras que en Occidente la discusión gira en torno a la privacidad y la ética, China pone el foco en la seguridad nacional y el control de la información.
A medida que la IA sigue avanzando, la competencia entre potencias por el dominio de esta tecnología se intensifica, marcando el inicio de una nueva fase en la gobernanza global de la inteligencia artificial.